Es una nueva forma comunicacional que construye relatos con propósito, situación y
audiencia definida, desarrollando los materiales necesarios para que el discurso final
sea efectivo.
Actualmente, las organizaciones – pequeñas, medianas y grandes-, requieren focalizar
su mensaje para relacionarse con sus grupos de interés (stakeholders), tanto externos
como internos (clientes, proveedores, colaboradores, gobierno corporativo,
comunidades, sociedad), en pos de lograr los propósitos estratégicos definidos.
Es clave reconocer que las comunicaciones basadas exclusivamente en tecnicismos no
son efectivas, más aún cuando los grupos de interés son heterogéneos.
Hoy las comunicaciones funcionan con un discurso cercano a los usuarios finales de
éste, contemplando una planificación de medios / redes sociales y tiempos de
publicación y llegada.
Para lograr cercanía, el discurso utiliza recursos emocionales y afectivos para
empatizar con el otro, motivar la inspiración, y generar sentido. Esto mueve a la acción.
Esto hace efectivo un discurso.
Las historias no se arman con una serie de cualidades y calificativos – que pueden ser
difíciles de creer -. Las historias se revelan desde la crisis, desde un problema por
resolver.
Hay que jugar con las ideas para desarrollar la historia. Hay técnicas sencillas como
hacer mapas mentales (para los más estructurados) o hacer fragmentos de historias
con una selección de conceptos visuales, o bien jugar con asociaciones libres desde un
punto a otro, etc. Luego aparecerá el punto de inflexión y la historia se revela.
El desarrollo visual se construye paso a paso, considerando estos elementos.
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